Un hotspot (en inglés ‘punto caliente’) es una zona de cobertura Wi-Fi, en el que un punto de acceso (access point) o varios proveen servicios de red a través de un Proveedor de Servicios de Internet Inalámbrico (WISP). Los hotspots se encuentran en lugares públicos, como aeropuertos, bibliotecas, centros de convenciones, cafeterías, hoteles, etcétera. Este servicio permite mantenerse conectado a Internet en lugares públicos. Este servicio puede brindarse de manera gratuita o pagando una suma que depende del proveedor.
Los dispositivos compatibles con Wi-Fi y acceso inalámbrico permiten conectar PDAs, ordenadores y teléfonos móviles, entre otros.
Por otra parte, cada vez son más las personas que configuran su propio hotspot en el hogar, usando para esto un “router” (aquel aparato que recibe la señal de Internet por un cable y la convierte para uso inalámbrico). De esta manera, todos los miembros del hogar pueden conectarse a la Internet desde cualquier ubicación de la casa, usando computadoras portátiles, sin la necesidad de cables.